Ha sido un fin de semana largo, feliz... y agotador. Pero la vida se impone, y hay que retomar las rutinas. El despertador a las siete, el metro. Los buenos propósitos, tanto los de iniciativa propia:( lo juro, voy a bajar del metro cada día un par de paradas antes para ir a pie y hacer algo de ejercicio), como los que me son , de algún modo, impuestos . Lo juro. Me voy a llevar un sanwidch integral y un zumo cada mañana para desayunar como es debido. Este ultimo juramento lo he tenido que repetir varias veces hasta que me lo han creído , no se por que.
Esta nueva vida tiene sus peculiaridades. Yo, que jamás me he plegado fácilmente a los deseos de nadie, que tan mala he sido para seguir consejos, me sorprendo a mi misma ahora, escuchando los discursos de G, y diciéndole que si, por supuesto, que tiene razón y que nunca voy a volver a mostrar un comportamiento irresponsable como el de los últimos dias. Esa actitud, hubiera sido impensable , en mi, hace poco
Impensable también era que interrumpiese mis protestas en cuanto me puso un dedo sobre los labios,y le escuchase mientras me explicaba, de nuevo que, a pesar de que apreciaba que reconociese mis faltas, y me mostrase dispuesta a enmendarme, es tarea suya proceder a la aplicación de un castigo adecuado, para que por un lado, termine de arrepentirme suficientemente, y por otro, no olvide nunca lo sucedido, para que no vuelva a repetirse.
Impensable que le obedeciese cuando me pidió que fuese a buscar yo misma el taburete.
Y que no me resistiese ( bueno, no demasiado) cuando me colocó sobre el mismo y me levantó el vestido.
Lloré, claro. Sin hacer demasiado ruido. He aprendido que es mejor así. Porque, aunque me encanta, por un lado, en ese momento me duele, y solo quiero que pare de una vez.
Antes, no podia contenerme, y le pedia constantemente que me dejase ya.. También he aprendido eso: Las cosas no funcionan así. Nada,absolutamente nada de lo que yo diga o haga me va a quitar ni un solo azote.
G no suele ser muy bruto. Pero es implacable. Pasa una eternidad hasta que se detiene y, por el rabillo del ojo, veo que se pone de nuevo el cinturón.
Y entonces llega el rincón
Aquí si protesto.. No es justo, le digo. Yo me pongo en el rincón, pero no sentada, por favor, eso es demasiado, no quiero...
Me interrumpe, me dice que, si oye una sola protesta mas, vuelvo al taburete, y que eso no me quitará el rincón, después.
Una vez me siento, desaparece toda la prudencia... No puedo evitar quejarme, al notar el asiento, y pataleo furiosamente el suelo.
Le oigo reirse, y eso me sienta realmente mal
Entonces, empiezo a poner vocecita de niña buena, a preguntarle si me va a tener mucho tiempo alli..
-Hasta que estés dispuesta a disculparte, ya lo sabes.
-Joooo. Vale,lo siento, perdoname, porfa..
-No,no , no.. así no.Las palabras se las lleva el viento, tu lo sabes.Sabes bien a que me refiero con disculparte
Vaya si lo se
Para G, estar dispuesta a disculparme, es estar dispuesta a hacerlo mientras recibo otra tunda, esta vez con la mano y sobre sus rodillas.
Tardo mucho en aceptar disculparme, claro. Pero el taburete es taaan incomodo.. Al final,decido acabar de una vez.
Cuando me coloco en sus rodillas,lo hago casi temblando.. Me duele mucho , en ese momento...
No deja caer casi ningún azote sobre la zona que ha castigado hace un rato. Casi, porque únicamente lo hace cuando me quedo callada, y dejo de pedir perdón, de prometer que nunca volverá a ocurrir...Eso quiere decir que esta vez le toca a otras zonas, como la parte superior de los muslos . O la interior, en ocasiones.
Y aquí se acaban mis buenos propositos de ser silenciosa, está claro
Así que la fiesta del 8/8, en realidad la celebramos ayer, anticipadamente. Pasarán bastantes dias antes de que pueda participar en mas celebraciones de ese tipo
Además voy a ser buena.
Lo juro.
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