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jueves, 11 de agosto de 2011

No es una amenaza, es una promesa

De todas las frasecitas de spanker que odio, hay una que me resulta verdaderamente odiosa.
"No es una amenaza, es una promesa".
G es encantador.. ¿os he contado que es encantador?. Pues lo es. Atento conmigo hasta la exageración. Aun me sorprenden algunos de sus detalles. Como insistir en levantarse a desayunar conmigo, cuando podria seguir durmiendo y, además , preparame un sandwich para que me lo tome a media mañana ( no sin dejar de darme un poco la charla mientras por mi mala costumbre de desayunar solo café). Y, si conmigo es así, no os cuento como es con sus hijos. Desde la relación mas de amistad que de padre- hijo que tiene con el mayor, hasta el absoluto embobamiento que tiene con la mas  pequeña, pasando por el derroche de preocupación y de paciencia que le supone tratar con el mediano, todos sus gestos, todas sus palabras, demuestran continuamente el amor que siente por ellos. Eso, para mi, es muy importante, no en vano en esta mezcla entra otro ingrediente mas, mi propio hijo. Las que seais madres entendereis lo que quiero decir con esto. Jamás hubiese aceptado siquiera la idea de convivir con G, de no haber visto tan claro como ama a sus hijos, y como les cuida. Y de no ver tambien claramente que se esfuerza dia a dia en llevarse bien con el mio.
Es encantador, pero tiene un lado malo, claro. Todo el mundo lo tiene. Si mi lado malo es un genio terrible, el suyo es un perfeccionismo que raya en lo enfermizo. Increiblemente detallista,contrasta con mi habitual desorden y mi despreocupacion por algunas cosas.
Con lo cual, a veces, hay discusiones. No demasiado importantes, pero las hay.¿ que pareja no las tiene?
Para los que viven en spanking en pareja, esto no es ningún descubrimiento.No todas las discusiones acaban con unos azotes.Están las típicas de acabar ambos con cierto enfurruñamiento, pro cualquier bobada, hasta que un de los dos da un paso para arreglar la situación, haciendose evidente que el otro tambien deseaba esa reconciliación. A veces no hacen falta ni siquiera palabras. Yo suelo acercarme a el sin decir nada, le miro, hasta que el abre los brazos y me dice una sola palabra .. "ven".
Luego, están las discusiones ya mas propias de nuestro tipo de relación. Esas si tienen un final más típico, pero solo si yo lo acepto, claro está. G es tan cuidadoso en ese aspecto que jamás hace el menor movimiento hasta que yo misma, despues de un buen rato de charla, acabo aceptando , bajando la vista, disculpandome...Entonces suspira, y me dice "ven aquí".. pero en un tono muy distinto. Se pone muy serio, a veces me asusta un poco.. pero después , a pesar del malestar, de las lagrimas, del rincón, me siento bien, porque ha desaparecido todo motivo de disputa, porque ese cenicero estampanado en el suelo en uno de mis arrebatos ha dejado de tener importancia, y ha pasado al olvido para siempre.
Y luego están las pequeñas cuestiones sin importancia a las que uno de los dos saca punta para dar lugar al juego... Como anoche.. Le estaba  picando, aunque no demasiado, y empezo a explicarme una curiosa teoria, según la cual las raices de la insolencia y de la desobediencia no radican en el cerebro, sino en las nalgas.. Afortunadamente, según él, existe un tratamiento para acabar con ellas, y el lo conoce. No pude resistir apuntarle con el dedo y decir " no me amenaces" , y entonces, me lo dijo.
"No, mi niña. No es una amenaza. Es una promesa, y la voy a cumplir el domingo"
" ¿Asi celebras tu los domingos y fiestas de guardar?- pregunto, burlona
- ¿Recuerdas  que el lunes es festivo? - me responde, con el mismo tono que yo acabo de emplear
Mierda.
Me callo. Y pongo enseguida mi mejor cara de "que buena que soy".
Pero ya es inutil, claro..
-De momento, el domingo tenemos clase. Y si considero que aun no has aprendido la leccion, si, a lo mejor continuo el lunes.
Me quedo callada, e incluso hago pucheros, haciendo como que no quiero hacerlos.
Y aquí aparece la faceta de G que mas me sorprende. La intransigencia. ¿ como es posible que, con lo cariñoso que es , con lo dulce que es casi  siempre, sea capaz de ponerse tan serio?
No hay nada que pueda hacerle ceder.
-Si no te ajusto las cuentas hora mismo, es por varios motivos. Es tarde, y tenemos que descansar.. Y yo podria descansar después, pero tu no.
- que considerado....
-¿ otra vez esa tonito de chanza? Venga, tu sigue haciendo meritos.
Inicio una disculpa apresurada, pero me interrumpe
-El otro motivo es que el domingo querias ir a nadar, si no recuerdo mal. Asi que mejor lo dejamos para después, ¿ no crees?.
Total, que medio hicimos las paces y nos fuimos a dormir. Pero eso no cambia nada respecto al domingo.
¿ alguien sabe como puedo hacer para evitar ese tono de burla que se me escapa solo?. ay...


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